LA DAMA DE COMPAÑÍA

Ariana, la mujer provocada por el dinero,

cada noche entre sus piernas hay un tipo nuevo.

Una prostituta elegante,

con bellas curvas y unos senos perfectos.

Peligrosa... pero bella,

capaz de convertir la vida de cualquiera

en un pedacito de cielo.

Ironías… ¡sí!

Aunque más que irónico

es una estúpida acción.

No se puede pretender el amor,

ni comprar un corazón.

Es muy triste escoger al rico

quien te ofrece todo lo material.

Triste… más aun sabiendo

que tu corazón le pertenece a alguien más.

La dama perfecta, con un vestido violeta

y unas zapatillas de bar,

modelando las piernas,

ganando dinero y perdiendo la dignidad,

optando entre pudor y placer,

con gente quien bien puede pagar.

En la vida nada es gratis

y a la belleza siempre se le saca

todo el provecho que dá.

Preferir el dinero… que bien de la ruina te puede sacar,

no es morir en vergüenza, ni en brazos de un pobre,

que de hambre te pudo matar.

La vida y sus retos tienen consecuencias…

nada es fácil, ni será.

Una soledad interna,

fría y depresiva se puede presentar, mas este es un circo,

el cual tiene un precio que hay que pagar.

Quizás no lo valga,

¿Quién realmente lo podría comprobar?

¿Quién en el bendito cielo

o en el maldecido infierno me pudiese aclarar?

¿Qué tan trágica y tan difícil sería la vida,

entre sexo, drogas y alcohol?

¿Por qué es que la vida se ensaña

con nosotros y nuestro dolor?

¡No pudo ser perfecta ni su muerte,

Oh bella princesa, reina y diosa de prostitutas con tacón!

Lujosas las décadas cuando tú bailabas

en el bar de don Simón,

hoy solo eres otra historia… una esencia de dolor.